Para hablar de mi experiencia como residente de Pediatría, debo mencionar a Amparo. Amparo es la prima hermana de mi abuela paterna; por referencia, es mi prima. Amparo cambió la vida de mi papa hace 35 años cuando lo ayudó a obtener la visa americana. También le dio dinero para su primer boleto a Estados Unidos. No es exagerado decir que Amparo fue crucial para mi existencia, ya que unos meses después de que mi papa llegara, conoció a mi mama, y yo soy el resultado de esa unión.
Cuando recibí la oferta para la residencia en Nueva York, mi papa contactó a Amparo para que me ayudara durante mis primeros días en este lugar desconocido. Ella estaba feliz de ayudar y me dejó quedarme con ella durante 10 días cuando llegué. Ella vive en Cranford, Nueva Jersey, a dos horas de Brooklyn, Nueva York.
Durante los tres años de residencia, yo vine a Nueva Jersey una o dos veces al mes para visitar a mi prima. Nuestro plan durante mi estancia era siempre el mismo. Ella me recogía de la estación Newark Penn, íbamos a la panadería colombiana a comer empanadas, buñuelos y arepas. Luego nos íbamos a su apartamento a ver películas todo el día. Cuando llegaba la hora de dormir, ella me dejaba dormir en su cómoda cama mientras ella dormía en el sofá, a pesar de que yo le insistía en que me dejara dormir en el sofá, nunca me lo permitió. Al día siguiente, me llevaba de regreso a la estación. Mientras conducía, mi prima me contaba las aventuras de su juventud, me recomendaba remedios caseros y me daba consejos sobre el amor. Ella está convencida de que encontraré un buen compañero algun dia. Amparo siempre me hizo sentir bienvenida y amada. Cuando me sentía sola, venía a Nueva Jersey para recibir mi dosis de amor. Eran unas vacaciones cortas para el corazón.
Hace dos meses, mis visitas a Nueva Jersey cambiaron. Ahora escribo desde la sala de espera de un hospital. Los médicos dicen que es un cáncer terminal.
Yo creo firmemente que el significado de la vida es el amor. Apoyo lo que dijo Viktor Frankl en su libro “El hombre en busca de sentido”: -“La salvación del hombre está en el amor y a través del amor”-. Mi prima ha vivido para amar y aunque tal vez no se quede conmigo por mucho tiempo más, su legado de amor se quedará conmigo para siempre.
Mientras reflexiono sobre la brevedad de la vida, recuerdo mi compromiso de amar. Amar a mis pacientes, mis amigos y familiares, amar a aquellos a los que es difícil amar. Quiero vivir como mi prima ha vivido. Quiero dejar un legado de amor que permanezca incluso después de que sea mi turno de morir.
Cuando le pregunté qué quería que el mundo supiera, ella me dijo tres cosas:
- No trabajes demasiado porque el dinero no lo es todo.
- Vive con espíritu libre.
- La naturaleza trae sanación.
Este es el primer post que escribo en español e inglés porque quiero que más personas conozcan su historia. Espero que su legado de amor inspire a quienes lo lean, así como me inspiró a mí.
Dedicado a mi prima Amparo. Te amo.
